Leído en una torta de cumpleaños que apareció en la puerta de mi casa
(con relleno de fresas y crema)
Desde ahora prefiero que los astros decidan mi destino. En el fondo estoy un poco harto de hacerme cargo de él yo mismo.
Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.
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