Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.

lunes, julio 25, 2005

préstame tu vida

¿Qué sería del mundo si uno pudiera patentar las cosas que le han pasado? Una amiga me comentaba el otro día que me iba a contar un montón de recuerdos para que yo los escribiera. Cosas como esa, a veces me llegan a convencer de que la experiencia es transferible hasta el punto de que es necesaria cierta fijación, más allá de la memoria, para garantizar su vinculación con el experimentador. Solo a veces, felizmente.

Si no, y como van las cosas, tendríamos que pagar un derecho por el primer beso, pues ya no tendríamos necesidad de experimentar uno para experimentarlo. Ni el olor del césped recien cortado, ni el de los guisos de las cocinas. Y habría que abonar otra suma por haber vivido algo parecido a lo que vivió alguien más. Y establecer un sistema de cuotas. Por otro lado, no volvería a haber guerras porque todos tendrían una experiencia muy directa de la misma (si la patente es libre, y en ese caso debería serlo) ni tampoco tendríamos que sentir hambre aunque lo sintieramos. Podríamos comer un ceviche y tener al mismo tiempo la experiencia de estar tomando sake, aun cuando el ceviche y el sake no tienen nada en común. O la de viajar al espacio mientras se rasca uno la oreja. O la de morir de cien formas distintas mientras te cortas el pelo. No se. Son ideas. Qué sería. Se aceptan sugerencias.

2 Comments:

Blogger Rain (Virginia M.T.) said...

Esperanza podría dibujar mientras Onoprius reúne conchitas de mar: ella simultáneamente pintaría las conchitas y él pintaría 'la avioneta de Paulita'. Mientras que la lluvia rosada cae María Mayo diría un poema sublime, y a la vez estaría en una nave espacial escuchando un cello, una orquesta... Scavenger Bride estaría cantando 'blue moon' y a la vez estaría en la torre Eiffel ... Onophrius podría volar con un parapente increíble y nadar en verano, fresco y feliz cual niño travieso... Y quien escribe
estaría suspendida por los aires sobre una alfombra mágica como en un cuento oriental,mientras vería en el cine 'Relámpago sobre el agua'...helados de frambuesa y vainilla en una mesa gigantesca donde chicos y chicas estarían disputándose entre risas al fondo, allá dónde todo se mezclaría en escena felliniana...
De pronto la chica con su corazón de melón entre pensamientos papalotes en un segundo estaría al lado de Scavenger Bride y a la vez
conocería a Séptima madrugada, la
que escribe cuando dios descansa.

5:29 a. m.

 
Blogger xxx said...

Cambiaría la noción de lo que entendemos por cultura..
En esas circunstancias la memoria sería un útil aparato.

10:19 a. m.

 

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