La pieza que faltaba
A Pati le encantaba su juguete favorito hasta que su hermano le lanzó con una cerbatana uno de sus tornillos esenciales. La pieza fue a alojarse en el lugar más recóndito de su oreja, y el juguete, a la parte más alta de un estante para trastos inservibles.
Años más tarde, adulta ya, volvió a disfrutarlo cuando un médico encontró en el fondo de su oreja la pieza faltante. El armatoste andó y chirrió, traqueteando con lentitud hasta detenerse en seco. Entonces Pati lloró como una niña cuando le regalan un helado de bola y este cae de pronto al piso. Se había dado cuenta de que los juguetes no se descomponen solos, si no que uno los estropea cuando los olvida.
Al día siguiente renunció al trabajo y se fue de viaje a Europa.
7 Comments:
uno lo estropea todo cuando lo olvida. pero por que uno lo olvida?
6:11 a. m.
Hola Onophrius:
Realmente, aquellos que comentan a Esperanza, noto que lanzan destellos en sus posts, dignos de leerse constantemente.
El olvido, ¿el olvido/la mente aturdida en el vértigo de la rutina?
Un garto salute. Cada uno con su hálito creativo, sí veo...
6:26 a. m.
Grato.
...a estas hrs, después de la amanecida, y con los ojillos amlucos, se me van las letras.
Muy gratos salutes.
6:28 a. m.
está precioso
e impecable//
yo también quiero que se me salga un tornillo para recuperar eso que no recuerdo....
9:21 a. m.
te solucionó algo europa?
pos a mi no, muy por el contrario me dejó más interrrogantes.
11:55 a. m.
pos ni fui yo, fue pati. habría q preguntarselo a ella.
12:47 p. m.
que absurdo. (eso es un halago)
10:42 p. m.
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