Todas estas historias terminan en boda o muerte (melodrama metrocaníbal)
La chica regia y freak que sale a veces en la tele y que trabaja en la revista frívola quiere un novio inteligente y gordo como su padre. Un novio que sea crítico literario y que disfrute a solas leyendo novelas rosa en papel bulki. Un novio que cuando se vaya de bares hable solo de él mismo, de Cortázar y de Deleuze, y que suelte risotadas graves como rocas gigantescas. La chica freak quiere -secretamente-, ser un personaje público incuestionable.
Lo que la chica freak y regia no sabe es que a los críticos literarios los engatuza la tele cuando pasan los treinta y se casan, y ya no salen y ya no se mueven ni se van de bares y ya no hacen nada que no sea cambiar de canal y fruncir el ceño. Ignora que para quererlos mucho se tiene que dejar de ser freak y regia y se tiene que engordar como su padre hasta parecer un garabato rosa en papel bulki. Cree que se ve muy chic cuando rie como si tuviera un animalito muerto en la garganta y que, en realidad, su verdadero lugar es la portada de una revista frívola.
La chica es obesa y ya no lee a Cortázar ni a Deleuze. Ahora tiene 45 años y sangra -secretamente-, sobre una roca enorme al pie del acantilado.
3 Comments:
esto está
buenisisisisímo:::
7:07 p. m.
que rapido pasa la vida no? y como cambian las cosas...
7:33 p. m.
Ya pues javier, tu dirección!
12:45 p. m.
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