Angelus
Querido Dios:
No he recibido noticias tuyas desde que era chico. Y eso que anduve buscandote por todas partes: en Kuala Lumpur, en Riga, en Hollywood. Consulté con los canales oficiales, hice las preguntas adecuadas a la gente pertinente, pedí consejo a los que te rodean. Incluso recurrí a caminos poco ortodoxos. A fín de cuentas, no pude encontrarte. Así que me he quedado jugando con los malos todo este tiempo. Y debo confesar que hasta ahora todo estuvo bueno. God love's you but the demon has candy, dicen.
Pero hoy te me apareciste mientras construía un experimento sobre la luz eléctrica y me diste una cita. Supongo que para confirmar algo que ya sabíamos: no soy de tu tipo. Al cabo que ni quería. Total, me conformo con esto.
Arderé por siempre,
J.
PD: Amén.
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