Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.

martes, octubre 19, 2004

Angelus

Querido Dios:

No he recibido noticias tuyas desde que era chico. Y eso que anduve buscandote por todas partes: en Kuala Lumpur, en Riga, en Hollywood. Consulté con los canales oficiales, hice las preguntas adecuadas a la gente pertinente, pedí consejo a los que te rodean. Incluso recurrí a caminos poco ortodoxos. A fín de cuentas, no pude encontrarte. Así que me he quedado jugando con los malos todo este tiempo. Y debo confesar que hasta ahora todo estuvo bueno. God love's you but the demon has candy, dicen.

Pero hoy te me apareciste mientras construía un experimento sobre la luz eléctrica y me diste una cita. Supongo que para confirmar algo que ya sabíamos: no soy de tu tipo. Al cabo que ni quería. Total, me conformo con esto.

Arderé por siempre,

J.

PD: Amén.