Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.

lunes, marzo 21, 2005

Tres secuencias de persecución y una moraleja

La primera vez que supimos de ella estabamos bailando sobre un charco de agua. No le dimos mucha importancia porque al violinista que operaba el telégrafo le daba lo mismo que a la señora de los ruleros verdes. Pronto se hizo tarde en la taza de café. Todos tuvimos que volver a la cama.

La segunda vez, contemplabamos el atardecer como un telón de sangre sobre las piedras del río, un salmón salió a sentir el fresco y a hablar un poco más de la cuenta y un pastor evangelista rugió como un león por lo que en Argentina pensaron que estabamos todos muertos.

La tercera vez, la definitiva, nos miramos a los ojos, lloramos un rato y nos sentimos culpables. Luego huimos asustados sin saber por qué.

La idea nefasta se nos había escapado.

Al contar lo ocurrido, nadie quizo creernos. Sin embargo, el pueblo quedó desierto pronto. Un escalofrío nos recorrió el cuerpo. El momento era el final: estabamos acorralados.


(hoy he vuelto)

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

y como te fue?

5:53 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Que bueno leerte de vuelta!........

Karla

7:29 a. m.

 
Blogger Scavenger Bride said...

:)

10:18 a. m.

 
Blogger Olavia Kite said...

Welcome back!

10:51 a. m.

 
Blogger diego said...

excelente
bienvenido
trajiste recuerdos?

8:29 p. m.

 

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