Más perdido que
La verdad es que no tiene sentido seguir buscando. Ahora está claro que tampoco lo tuvo desde un principio. Cuando el viaje es largo, su propósito puede olvidarse. Y si el propósito se olvida entonces uno pierde lógica. Como escuchar Wagner en la combi por toda la Abancay, aunque viéndolo bien, la Abancay es la única calle del mundo en la que podría encontrarme con Wagner. Así que ya no busco nada ni espero que me encuentren. ¡Quién podrá salvarme!
(desde el inconciente: la salvación no se encuentra)
1 Comments:
De puta madre tu blog, Javier. El otro dia me pase un BUEN rato leyendolo (lo lei casi todo) Me gsuto mucho.
un saludo desde suecia / MATIAS
10:59 a. m.
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