Venia final
Está sentada sobre el florero.
Mientras retira su piel con delicadeza la artista se disculpa:
-No debemos tener sexo los jueves.
Al admirador que lleva los ratones no le importa en lo absoluto. Al que está pintado de negro, sí.
En el auditorio otra escena tiene lugar: se corren las cortinas y no hay nadie sobre la tarima.
El técnico apaga las luces y pide que le pasen el pote de aceitunas. El público se pone de pie y aplaude de espaldas.
De pronto, un hombre a quien nadie espera llora sobre sus manos. Luego se inclina con cuidado y desaparece en la penumbra.
La sala queda vacía y en silencio. Cae el telón. Es una tela de mugre.
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