Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.

miércoles, febrero 23, 2005

Último paradero

Señores pasajeros:

por motivos de fuerza mayor -el tiempo, las ganas, otros intereses-, este blog cierra definitivamente.

He disfrutado mucho esta aventura con ustedes. Gracias por su tiempo, sus ganas y su interes. No hay forma en que pueda compensarles: sus comentarios son mejores que la terapia, creanme.

Nos volveremos a ver pero no se cuando.

J.

PD: los chocolates son todos suyos. Bajan en la esquina.

sábado, febrero 19, 2005

Una resolución

Hay un parque melancólico y un hombre sobre el tejado de la casa ploma.

-Me he mudado -dice con voz cavernosa. Luego sigue mordiéndose las uñas mientras piensa en números primos.

En el piso siete amanece. A Dino, el perro, esto no le importa. Ladra en portugués un rato y luego toma una siesta. En su sueño hay algo similar a flores y todo huele a azufre.

En el parque los niños cantan una ronda en torno a un viejo fresno: las horas no suelen pasar tan lentas, dicen y el hombre cae como una frambuesa contra la acera.

trastevere

cuando lo conocí paolo miraba
como es naturaluna joven alta y luminosa
me dijo
dándome la mano de una orilla a otra
del tíber que tal vez soñaba
que no era cierto
que sin duda esa muchacha
no existía
y que la amistad
era tan sólo una palabra
luego me habló del pan
de cada día del vino rojo y de mujer e hijos
y de la inmensa pobreza
en que vivía
y viéndolo tan fuerte y abatido
yo pensaba
sería trabajo fácil para él
llevarse el día en un camión
subir al cielo en overall
desenterrar el huevo de la luz
y acariciarlo
noche tras noche hasta romperlo
y ver surgir a dios por fin
y nunca más partir al alba ni estrenar
con el primer café de cada día
la misma sonrisa carcomida
pero entretanto
la pobreza de paolo continuaba

Habitación en Roma, Jorge Eduardo Eielson, 1952

jueves, febrero 17, 2005

Disculpe señor Poe, me equivoqué de sepulcro.

Dicen que una tarde Charles Dickens fue a cenar a casa de su hermana. Luego del postre, Dickens dijo que le había dado sueño, que se iba a dormir.

-Las camas están todas ocupadas. No hay lugar para tí. ¿Dónde piensas dormir? -preguntó la hermana.

-Bajo la tierra -respondió el artista.

Esa fue la última noche que el Dickens pasó con vida.

(Si quieres saber donde está Charles en este momento, haz click aquí).

pedazo de ignArante sucio perro racista

Antes de descubrir esta página web pensaba que entendía al Perú. Ahora no tengo idea ni de dónde estoy parado. Para muestra un botón (en mayusculas en el original):

EL PNCDP GOBERNARA POR UN SOL ANUAL. NO TENEMOS DESEOS DE LUCRO, NI DE ROBO. TENEMOS LA LEY.

Por cierto, no se pierdan la sección de cartas. Contiene la dosis de violencia necesaria para seguir viviendo. De ahí se extrajo el titulo de esta nota.

Family album

Un instante puede cambiar tu vida. El inofensivo zumbido de una mosca, el sol recortándose contra las tejas del techo, el ruido de un auto al pasar: Cualquier cosa puede resultar decisiva. Un segundo antes y otra hubiera sido la historia. Un minuto despues y el mundo sería distinto. La bala que surca una nube de humo, la mirada decidida de una mujer muerta para siempre, el flujo de la gente cuando es presa del miedo. Cien hechos que pudieron no estar si no estaban con ellos un hombre y una cámara. Cien fotografías que hicieron historia, cortesía de LIFE.

(En el libro están todas; en el link, solo 27).

domingo, febrero 13, 2005

Mi turno

Jugar me apasiona así que acepto la invitación de LRC.

Pedía 10 álbums pero no pude. Aquí hay álbums, best of, greatest hits y antologías.
Nuggets: Original Artyfacts from the First Psychedelic Era 1965-1968
Ederlezi - Goran Bregovic
Café Inkaterra - Miki Gonzales
Horses - Patti Smith
Talkie Walkie - Air
Rock and Roll - Gary Glitter
Presenting Popp! - Andre Popp
Sextant - Herbie Hancock
Uberjam - John Scofield
Ostateczny Krach Systemu Korporacji - Kazik

Los discos que me dió vergüenza encontrar buscando la respuesta del punto anterior:
Ninguno, felizmente. Nadie debería sentirse avergonzado por la música que le gusta.

¿Cual es la cantidad total de música bajada a tu computadora?
No bajo música porque tengo el disco duro repleto (30gb). Perdí la cuenta en el álbum 200.

¿El Ultimo CD que te compraste?
Lo mejor de "Los Destellos", 6 soles en el centro de Lima, una maravilla.

¿Cuál fue la ultima canción que escuchaste antes de leer este post?
Scheherazade de New World

Canción que escuchas seguido y que tiene significado para ti.
Varias: Get me away from here i'm dying de Belle and Sebastian, Life is a Rock de Reunion y Bonnie and Clyde de Serge Gainsbourg con Briggite Bardot. También cualquiera de Frank Sinatra, Nino Bravo y Caifanes.

¿A quién le vas a pasar esto? (5 personas y por qué)
A Daniella, a Hope, a Andrea, a la reina, a Vesania, al de las ideas tontas, a Charles Bronson y a Ima Sumac (cinco no bastaron)

sábado, febrero 12, 2005

Libro

miércoles, febrero 09, 2005

Adios esperanza

Nos vemos en la caja de zapatos.

martes, febrero 08, 2005

Slasher movie

Hay un punto en el universo en el que los contrarios se encuentran. El punto es intermitente pero sus intervalos y ubicación son variables. Así, como todo lo que resulta escaso, ha adquirido un valor extraordinario.

A veces alguien ve el punto. Se le aparece a una persona normal que ejecuta una actividad corriente -adentro de la tostada del desayuno o paseando al perro tarde por la noche o mientras conduce el automóvil.

Casi siempre se ilumina una parte nueva del cerebro y se sucede un accidente monstruoso del cual nadie logra recuperarse. La víctima de tal circunstancia, que en este caso es tambien testigo, nunca sonríe cuando la llevan a la sepultura. Sin embargo, el cuerpo por dentro vibra y las vísceras son, por un momento, la materia de la alegría.

Pero nadie, que se sepa, se da cuenta.

lunes, febrero 07, 2005

I sneezed in my way

Para Daniella, que sigue resfriada

A fin de no desentonar con los dos últimos posts, una crónica clásica de Gay Talese, quien supo ver que el periodismo y la literatura podían, en el fondo, ser una misma cosa.

Todo un mérito: si Frank Sinatra está resfriado, el resfriado es una forma de arte.

domingo, febrero 06, 2005

Inusual, bizarro, oscuro, fascinante

Música para el desastre

El cine nos ha dejado la costumbre de imaginar con música las cosas importantes. Lo menos que esperamos cuando nos persiguen, o cuando se resuelve un romance muy esperado, o cuando estamos robando diamantes en una joyería es que nuestra acción venga acentuada con la música que le corresponde. Una persecución sin música resulta siempre decepcionante, se trata de una acción despojada de los tuttis orquestales que le tocan por naturaleza.

Hace unos años, los expertos en los asuntos del cielo, auxiliados por una sofisticada máquina rastreadora, descubrieron que en la gran maraña del universo todavía se oye el ruido que produjo, hace miles de millones de años, el Big-Bang, la gran explosión, con todo y su tutti mineral, que inauguró el origen de todo.

Pero la música que acompaña a las cosas importantes, no es patrimonio exclusivo del cine; hay veces que la realidad, seguramente plagiando al cine, le pone música a sus momentos de desastre.

En 1992, el multimillonario francés Pierre Druón, alquiló un tren de alta velocidad completo, para celebrar a bordo su cumpleaños 64. La idea era viajar de París, en donde tenía fincado su imperio, a Hendaya, su lugar de nacimiento, ubicado en el extremo sur, en la frontera con España. Un gran banquete y una orquesta iban dándole aspecto de fiesta a ese tren nocturno. En determinado momento trágico, el tren perdió los rieles y fue a dar al fondo de una barranca. El saldo de víctimas fue altísimo. Uno de los pocos sobrevivientes comentó a la prensa francesa que monsieur Druón, el multimillonario, oía Whein I'm Sixti-Four de los Beatles, en la versión de su orquesta alquilada, cuando sobrevino el descarrilamiento.

El accidente que se llevó la vida de James Dean, el lengendario actor, fue uno de esos desastres con música. Michael Ivory, vecino del sitio de la tragedia, había salido de su casa con el ánimo de estirar las piernas, cuando vio volar un auto fuera de control. El silencio que vino después del impacto fue llenado, según la confesión tardía que hizo ante la corte en 1995, por la canción Baby Let's Play House, que salía por las bocinas del radio en la voz de Elvis Presley. Michael Ivory interrumpió su terapia de estirar las piernas y corrió a su casa para llamar una ambulancia. Fue hasta el día siguiente que se enteró de que el piloto era James Dean. La banda sonora de la tragedia le dejó una muesca en la memoria, nunca, desde aquel día, ha querido volver a oír Baby Let's Play House.

Otro tragedión que la realidad se encargó de musicalizar, fue la hazaña fugaz de Rick Fermosello: un deportista canadiense que en junio de 1986 decidió practicar esa suerte demencial de lanzarse por las cataratas del Niágara, sin más protección que un barril. La hazaña de Rick tenía como particularidad un walkman apretado entre el estómago y el traje de baño, que iría reproduciendo durante la caída, la canción Jumpin'Jack Flash de los Rolling Stones. Pretendía quedar registrado en la historia como el primer hombre que se lanzaba en el barril, oyendo esa canción en particular. El barril, la vida y el walkman de Rick, tuvieron el final desconsolador de acabar contra unas piedras. Nadie pudo comprobar si el atleta cumplió con la parte musical de aquella hazaña malograda.

Pero la tragedia con música más sorprendente fue la ocurrida en 1943, durante el hundimiento del Oceanic Bird, un trasatlántico enorme que desapareció sin dejar rastro. 40 años después, un grupo de investigadores marinos dio con los restos del Oceanic, que descansaban a 79 metros de profundidad, en un fondo cerca de las Azores. Las labores de rescate de piezas útiles duraron varios meses. Se recuperaron vajillas, instrumentos de navegación, un baúl con vestuario de la época y el cuerpo deteriorado de un músico, que fue extendido en la mesa del barco investigador, para su examen. Era un esqueleto de adulto con la ropa hecha jirones, que tenía dos características: conservaba dentro del tórax una masa de plancton marino y además sostenía, entre los huesos de la mano, una trompeta. El médico de a bordo se puso a examinar el cuerpo, mientras sus colegas completaban otros menesteres. Liberó la trompeta de esos dedos que prometían acompañarla toda la eternidad y posteriormente aplicó el bisturí en la masa que llenaba el tórax. En cuanto el plancton se rompió, asegura el doctor Hazel, liberó algunos compases de la melodía Just One of Those Things, que seguramente tocaba la orquesta en el momento del desastre. Nadie creyó en el testimonio de Hazel, y él decidió no insistir, era la cosa más extraña que le había sucedido.


Humo en los ojos

En una fotografía que pertenece al Museo Metropolitano de Nueva York aparece Lola Montez, célebre feminista del siglo pasado, sosteniendo con una displicencia cercana al desmayo, un cigarro que era un mensaje y una provocación. Una mujer fumando en 1850, el año de esta imagen, significaba una afrenta contra las buenas costumbres, la sexualidad y, en un descuido, el orden del universo. La idea de alterar el equilibrio social por la simple yuxtaposición de ser mujer y fumar, fue propuesta en realidad por George Sand, quien a su vez copió de Montez la costumbre de salir a la calle vestida con traje sastre negro. Montez y Sand ganaron la batalla; a principios del siguiente siglo, el nuestro, las mujeres se volvieron doblemente atractivas por la misma yuxtaposición de ser mujeres y fumar.

Muchos años antes, en 1627, Johann Joachim von Rusdorff, embajador de las orillas del Rhin y poseedor de un nombre que debiera mejor ladrarse, informaba en sus elucubraciones diplomáticas sobre el acto de fumar recién importado de América y lo calificaba, luego de condenarlo rabiosamente, como "la borrachera de nubes''. En 1658, el escritor y predicador jesuita Jakob Balde lo bautizo como "la ebriedad seca''. Ese extraño proceso de jalar humo por el extremo de un tubito que arde en el otro extremo y luego echar el mismo humo por nariz y boca debe haber sido impresionante en aquella época donde los placeres más bien se bebían.

En un capítulo de sus memorias, Luis Buñuel habla de los placeres del mundo, porque de los placeres del otro mundo ya se había ocupado Nazarín, su personaje. En esas páginas por donde desfila lo que se bebe, lo que se fuma, lo que se come y lo que se palpa, aparece desde luego su cariño entrañable por la ginebra, que iba desde el Martini con su receta especial, hasta la ginebra a pelo, disimulada en una bolsa de papel de estraza que bebía en la sala de abordar de algún aeropuerto, con los ojos fijos en cualquier parte y su maleta de mano entre las piernas. El cineasta practicaba este ritual solitario para quitarse el miedo que produce el volar en un aparato que va tripulado por un desconocido.

Buñuel, por una parte disimulaba su botella de ginebra y, por otra, como Lola Montez, exhibía su cigarro y llenaba de humo la sala de abordar. Luego de explicarnos que los extremos del acto del amor deben estar marcados por un trago antes y un cigarro después, Buñuel sostiene que en gran medida, desde su perspectiva de fumador experto, el acto de fumar es un placer visual que empieza desde que se abre la cajetilla y se descubren los cigarros ordenados en dos o tres filas. Luego viene la llama, la calada, el tabaco al rojo y el placer de verse la mano con el cigarro echando humo entre los dedos y la expulsión, por la nariz y por la boca, de esa nube enorme que se estaciona en una esquina de la habitación, de la sala de abordar, de un museo en Nueva York, o que escapa por la ventana rumbo al cielo abierto. Como prueba de todo esto, aseguraba que era incapaz de fumar con los ojos cerrados.

A Buñuel le gustaba fumar y verse fumando; a Lola Montez le gustaba fumar y que la vieran; el embajador de las orillas del Rhin los hubiera odiado.

En ese capítulo dedicado a los placeres, el cineasta confiesa que a su edad, la suficiente para ponerle a su libro Mi último suspiro, ha perdido todo el gusto por el sexo, anuncia la total desaparición de su instinto sexual, y advierte que si se le apareciera el diablo con la oferta de devolverle su virilidad, le contestaría: "No, muchas gracias, no me interesa; pero fortaléceme el hígado y los pulmones, para que pueda seguir bebiendo y fumando''.


Tres personajes

En 1931, luego de varios intentos, el escritor Dashiell Hammett logró instalarse en Hollywood. Después del éxito de sus libros Cosecha roja y sobre todo de El halcón maltés, que ya se estaba fabricando en cine, recibió una propuesta de la Paramount. David O. Selznick dice en sus memorias: "Hammett ha suscitado un auténtico escándalo en los círculos literarios con la publicación de sus dos libros (...) No está corrompido por el dinero, sino al contrario, deseoso de no atarse de pies y manos en un contrato de larga duración. Tenía la esperanza de que podríamos conseguirlo por unos 400 dólares mensuales, pero se queja de que esto sólo representa la mitad de sus actuales ingresos potenciales''.

Para no desentonar con el mundo de las estrellas, Hammett aderezó su fama de gran escritor alojándose en un hotel carísimo, junto con un séquito de dos hombres negros: Jones, quien laboraba como chofer y valet, y su amante (de Jones, no de Hammett) quien desplegaba sus habilidades en la cocina. Una vez instalado, el escritor dedicó sus esfuerzos a estudiar, y posteriormente a imitar el comportamiento de las figuras cinematográficas en los restaurantes, en los bares, en las recepciones y en los salones de baile. Para empezar concluyó que los calcetines de seda no hacían juego con los trajes de tweed.

Puesto al tanto del ceremonial, Hammett alternaba a El hombre delgado, su siguiente novela, con sus guiones por encargo, que a veces tenía que corregir, aumentar o reescribir, en pleno foro y sobre las rodillas mientras se filmaban las escenas anteriores. En las noches aparecía acompañado de su vistoso chofer, en el Brown Derby o en el Cover Club, listo para derrochar tiempo y fortuna con su banda de escritores, cabareteras y demás público entusiasta de aquellos desfiguros. Con el tiempo las fiestas empezaron a manchar su desempeño de guionista, pero los patrones del estudio tenían que soportarlo porque con todo y sus escándalos era el mejor. Alfred Knopf, su editor, también era víctima de aquellas fiestas; en un telegrama de la época, le escribe: "Me gustaría recibir El hombre delgado durante el día de hoy, lo que te permitiría ajustarte a tu propio calendario. ¿Existe alguna posibilidad de que así sea?''. Hammett recibió este telegrama en abril de 1932, precedido por una larga cauda de otros telegramas similares. Su último plazo para entregar la novela había sido en abril de 1931 y acabó entregándola, cientos de telegramas más tarde, en mayo de 1933.

Aburrido del glamour de Hollywood, Hammett se estableció en Nueva York buscando un poco de vida literaria y ahí trabó amistad con el segundo personaje de esta historia: un caballero sureño de garganta ruda y modales delicados, que le servía de pareja en sus tertulias de a dos que iniciaban recomponiendo la historia de la literatura y terminaban, al cabo de muchos güisquis sureños, en fiestas similares a las de Hollywood. Después de una especialmente borrascosa, aparecieron los dos armando un escándalo en la editorial de Knopf. Hammett se desmayó a media trifulca y cuando iba a ser evacuado a empujones por el editor, fue defendido a güisqui y espada por William Faulkner. Hammett nunca olvido ese gesto heroico.

Faulkner también fue escritor de Hollywood, sus dos mejores guiones, según el tercer personaje de esta historia, son: Tener y no Tener y El sueño eterno, basado en la novela de Raymond Chandler, dirigido por Howard Hawks y estelarizado por Humphrey Bogart. Faulkner tenía que ir a Hollywood cada vez que Hawks lo llamaba porque las regalías de sus libros no le dejaban suficiente dinero. La señora Carpenter, su amante desesperada que nunca había leído un libro suyo y sin embargo quería casarse con tan famoso escritor, decidió ponerle un ultimátum para que dejara a su esposa; le dijo que había conocido a un pianista de fama internacional, que era en realidad un músico de fama local adentro de un burdel, y que tenía la intención de casarse con él, a menos de que Bill (Faulkner) decidiera casarse con ella. El gran caballero del sur, según el tercer personaje de esta historia, le respondió a su amante con esta críptica aprobación: "el amor es hermoso''.

De los 17 guiones que Faulkner escribió para Hollywood, sólo dos fueron aceptados.

El tercer personaje de esta historia coincidía en tres aspectos con Faulkner y con Hammlett. El primero y fundamental era su devoción por el güisqui. El segundo su estatura literaria y el tercero su relación con Hollywood, que el mismo Juan Carlos Onetti escribió así:

"Hace unos meses, en casa de un amigo muy querido, un director de cine me puso las manos en los hombros al despedirse y me dijo: `No me tenga miedo. Nunca estropearé una novela suya. Yo escribo los guiones de mis películas y en caso de estropearlos lo hago con lo que es mío'''

Jordi Soler

sábado, febrero 05, 2005

una vez que has rodado tu escena, ya no vales nada

me acabo de enterar y me ha dado una pena enorme

Articuentos

Confusión

Antes de que hubiera terminado de desenvolver el regalo de cumpleaños, sonó dentro del paquete un timbre: era un móvil. Lo cogí y oí que mi mujer me felicitaba con una carcajada desde el teléfono del dormitorio. Esa noche, ella quiso que habláramos de la vida: los años que llevábamos juntos y todo eso. Pero se empeñó en que lo hiciéramos por teléfono, de manera que se marchó al dormitorio y me llamó desde allí al cuarto de estar, donde permanecía yo con el trasto colocado en la cintura. Cuando acabamos la conversación, fui al dormitorio y la vi sentada en la cama, pensativa. Me dijo que acababa de hablar con su marido por teléfono y que estaba dudando si volver con él. Lo nuestro le producía culpa. Yo soy su único marido, así que interpreté aquello como una provocación sexual e hicimos el amor con la desesperación de dos adúlteros.

Al día siguiente, estaba en la oficina, tomándome el bocadillo de media mañana, cuando sonó el móvil. Era ella, claro. Dijo que prefería confesarme que tenía un amante. Yo le seguí la corriente porque me pareció que aquel juego nos venía bien a los dos, de manera que le contesté que no se preocupara: habíamos resuelto otras crisis y resolveríamos ésta también. Por la noche, volvimos a hablar por teléfono, como el día anterior, y me contó que dentro de un rato iba a encontrarse con su amante. Aquello me excitó mucho, así que colgué en seguida, fui al dormitorio e hicimos el amor hasta el amanecer.

Toda la semana fue igual. El sábado, por fin, cuando nos encontramos en el dormitorio después de la conversación telefónica habitual, me dijo que me quería pero que tenía que dejarme porque su marido la necesitaba más que yo. Dicho esto, cogió la puerta, se fue y desde entonces el móvil no ha vuelto a sonar. Estoy confundido.


Cuestiones de fe

Hay una tribu en el centro de África, cuyo nombre no consigo recordar ahora mismo, que no cree en la existencia de la espalda. Parece una negación absurda, desde luego, pero los antropólogos han aportado abundante documentación al alcance del escéptico o el curioso. Por lo general, en Occidente estamos dispuestos a admitir que la gente no crea en el alma, en Dios, en el diablo, los espíritus, y todo aquello que en general ni se ve ni se toca, pero nadie se atrevería a negar la existencia de las mesillas de noche o de las cornucopias. En otras palabras, entre nosotros el movimiento se demuestra andando.

-Mire usted qué BMW acabo de adquirir.

Personalmente, no creo en el BMW, así que no entiendo cómo hay tanta gente que se gasta el dinero en un automóvil completamente fantástico. Una vez subí en el de un amigo mío y me di cuenta en seguida de que no existía porque estaba lleno de prestaciones inverosímiles. No dije nada porque se había gastado en él cinco millones que no tenía, pobre.

Los millones son otra cosa en la que la gente cree mucho, incluso sin verlos. A esa tribu del centro de África le hablas de millones y es como si le hablaras de la espalda. Por eso no les duele ni una cosa ni la otra. En Occidente, en cambio, cada día hay más personas con problemas de espalda. Y de millones.

Yo, además de no creer en el BMW, reniego también de la existencia de las lavativas. Tengo razones antropológicas que aportaré con gusto. En casa de mis abuelos había una colgada de la cisterna del retrete. Por razones que no vienen al caso, de pequeño pasé muchos fines de semana con ellos y siempre que entraba a hacer pis tropezaba con aquel extrañísimo aparato cuya utilidad se me escapaba por completo. Cuando tuve edad de preguntar, me dieron unas respuestas claramente evasivas. Mi abuelo, por ejemplo, aseguraba que la goma aquella servía para metérsela por el culo, lo que como verán ustedes resulta más increíble todavía que el salpicadero del BMW de mi amigo. Crecí, pues, con la idea de que aquel aparato había sido fruto de mi imaginación: ya se sabe que los niños somos muy perversos. Un adulto como Dios manda no sería capaz de concebir una lavativa, ni un BWM, ni una cornucopia. Sin embargo, hemos sido capaces de concebir la espalda, que como artefacto raro tampoco está mal.

Seguramente, sería un gran negocio exportar espaldas a esa tribu de África que no cree en ellas. Todo lo que no existe alcanza un gran predicamento entre los seres humanos, africanos o no. Yo estoy dispuesto a aportar la mía, que me proporciona unos quebrantos insoportables. Y por un poco más de dinero, doy también la lavativa de mis abuelos, que no consigo quitármela de la cabeza, pese a que estaba pensada para el culo. Con lo que obtenga de la venta de estos dos objetos irreales quizá me compre un BMW inexistente. Gracias.


Lo real

Una chica estadounidense se tomó por juego una Viagra y tuvo una erección fantasmal. Pese a que los médicos han advertido que cuando el miembro permanece en tensión más de cuatro horas seguidas hay que acudir a un servicio de urgencias para evitar daños irreparables en el tejido de la uretra, la joven no fue al hospital hasta el tercer día, presa ya de unos dolores insoportable en el pene hipotético aparecido tras la ingestión de la pastilla eréctil. Dado que los facultativos no sabían cómo detener aquella erección inexistente, pasaron todavía unas horas preciosas antes de que al jefe de urología se le ocurriera proponer a la chica una eyaculación fantasmal para acabar con aquel caso de priapismo extravagante.

Los padres, que eran mormones, se opusieron a que la joven se masturbara, pues además de no estar de acuerdo con el onanismo en general, les parecía que éste podría ser más condenable si se practicaba con un miembro ilusorio. Un médico muy culto que había ese día de guardia intentó explicarles que el miembro masculino objeto de la masturbación es siempre imaginario, aun cuando se pueda tocar. Pero no hubo forma de sacar a los padres de sus trece y el hospital tuvo que conseguir una autorización del juez para proceder a la descarga imaginaria, en el caso de que haya alguna que no lo sea, cesando de inmediato los dolores de la joven y desapareciendo al instante el miembro falso, si hay alguno verdadero.

La noticia es que han congelado el semen quimérico obtenido de la eyaculación irreal y ahora pretenden fecundar con él un óvulo aparente para obtener un embrión fantasma. Si los fundamentos teóricos no fallan, podrían conseguir un individuo invisible. A mí, personalmente, me parece que eso no tiene ningún mérito. Lo novedoso a estas alturas sería fecundar a alguien real.

Por Juan José Millás (más articuentos aquí y aquí)

kiri kiri kiri

(el texto es un toque floro pero es lo q hay)

jueves, febrero 03, 2005

Tengo 4 invitaciones para GMAIL

si quieres que una sea tuya deja un comentario con tu mail actual y yo te la haré llegar en cuanto pueda (osea hoy en la noche).

miércoles, febrero 02, 2005

Miralo de cerca

Zoom y Re-zoom son dos libros del rumano Istvan Banyai. Ambos se venden en las librerias del Fondo de Cultura Económica.

Para que se hagan una idea de lo que tratan, cliqueen en este link. Eso sí: esta página no tiene nada que ver con el Banyai ese.

C ya

martes, febrero 01, 2005

Leído en una torta de cumpleaños que apareció en la puerta de mi casa

(con relleno de fresas y crema)

Desde ahora prefiero que los astros decidan mi destino. En el fondo estoy un poco harto de hacerme cargo de él yo mismo.