Este no es un blog: es una cajita de chocolates en una mesa huérfana. Tome cuantos quiera. Eso sí, deje algunos para el resto.

lunes, enero 31, 2005

Otra

Karma Repair Kit: Items 1-4

1. Get enough food to eat, and eat it.

2. Find a place to sleep where it is quiet, and sleep there.

3. Reduce intellectual and emotional noiseuntil you arrive at the silence of yourself, and listen to it.

4.


Richard Brautigan, otra vez. Es que me he quedado pegadaso. He encontrado esta página y me parece que es la mejor que hay sobre él.


viernes, enero 28, 2005

Instrucciones

1. En el juego no hay casillas. Tampoco cartas, tarjetas, fichas ni jugadores.

2. El juego consiste en un dado gigante que da vueltas por siempre. A veces parece que se va a detener en uno de sus lados. Pero a nadie le importa y por ende el dado sigue rodando.

3. Una vez que el juego empieza, nunca termina.

miércoles, enero 26, 2005

El ............... es un animal sexy.

(escriba sobre la linea punteada el nombre de la especie favorita de su propia creación)

Teniendo en cuenta que cada día se extingue al menos una especie amenazada, propongo que los artistas contribuyan a incrementar la biodiversidad global inventándose nuevas formas de vida.

Eduardo Kac

Please Plant This Book

lecciones de jardineria con Richard Brautigan

martes, enero 25, 2005

Para acabar con algunas preguntas

El término "doble vínculo", fue desarrollado por primera vez por Gregory Bateson y colaboradores en el año 1956, como una hipótesis explicativa del fenómeno interaccional que se observa en la comunicación esquizofrénica.

Tal como fue descrita esta situación por sus autores, para que este 'modo' de comunicación se manifieste, es necesario:

a) una relación muy significativa entre dos o más personas;

b) una experiencia repetida de doble mensaje o "doble vínculo”;

c) un mandato primario negativo del tipo "no hagas eso o te castigaré" o "si no hacés eso te castigaré”;

d) un mandato secundario que está en conflicto con el primero en un nivel más abstracto y, que al igual que el primero, está reforzado por castigos o señales que anuncian un peligro para la supervivencia. Por lo general, se trata de mensajes no-verbales que contradicen la prohibición primaria, tales como, por ejemplo, un gesto que muestra "no consideres esto un castigo", o "no me veas como alguien que te castiga". O, verbalmente es contradicho el primer mandato diciendo, por ejemplo, "lo hago por tu bien" o "hacé las cosas por vos mismo y no porque te digo que las hagas";

e) un mandato negativo terciario que prohibe a la "víctima" escapar del campo; y

f) luego, la persona aprende a percibir su universo bajo patrones de doble vínculo y ya no es necesario que se den secuencialmente todos los pasos, sino que casi cualquier parte de la secuencia de doble vínculo puede resultar suficiente para precipitar el miedo o la furia.

De acuerdo a los autores, una persona atrapada en una situación en la que haga lo que haga, "no puede ganar", es decir, en una situación de "doble vínculo", puede desarrollar síntomas esquizofrénicos.

La esquizofrenia incluye principios generales que son importantes en toda comunicación y, por ende, pueden encontrarse muchas similitudes esclarecedoras en situaciones "normales" de comunicación.

El doble vínculo hace referencia a la confusión que le acarrea a una persona tener que vérselas con la dificultad de discriminar entre dos mensajes contradictorios entre sí y la imposibilidad de comunicar acerca de tal contradicción. De lo que se deriva que los dobles vínculos no son tan sólo instrucciones contradictorias, sino verdaderas paradojas.

De algún modo, todos tenemos conciencia de haber vivido situaciones de doble vínculo. Lo que quizá resulte más difícil de discriminar, sean aquellas ocasiones en las que hemos promovido tales situaciones. De alguna manera, 'intuimos' que este tipo de relación nos 'garantiza' dejar cautivo al otro con nosotros. Y dado que son pautas que se aprenden y que (como dicen los autores de la teoría) aprendidas estas pautas, nos habituamos a ver en cada interacción patrones doble vinculares, no es difícil suponer que si nos hemos habituado a ellas, tendamos a proponer dobles mensajes en la relación.

Esto ocurre en lo cotidiano, por ejemplo, cuando falsificamos las señales de nuestros mensajes, falsificación que, en la mayoría de los casos, es inconsciente. Un ejemplo de este caso se da cuando, en una charla, dejamos un mensaje inconcluso para que el otro 'adivine' qué queremos decir: "Respecto a lo que pasó el otro día... vos sabés a qué me refiero", de tal manera que nos quedamos con la última palabra para aceptar o rechazar lo que nuestro interlocutor "sabe" de acuerdo a lo que nos conviene escuchar.

Extraído de aquí. Y no, no estoy loco.

lunes, enero 24, 2005

Gravedad y botánica

El problema no es colgarse del arbol. El problema es que el arbol no existe.

sábado, enero 22, 2005

A small, long-tailed monkey from the Western Hemisphere

Ser fanático de Saki en el Perú es una experiencia curiosa. Sus textos suelen aparecer en selecciones de cuentos de terror, de humor cruel, de maestros del género o incluso en compendios de fábulas. Osea que está por todas partes. Pero cuando uno termina de leer uno de sus cuentos se siente completamente insatisfecho porque desea leer muchos más. Y uno nunca puede leer muchos más de inmediato.

Entonces te buscas un libro suyo. Tampoco con eso estarás contento: como con Cortázar, abundan las antologías que se titulan "La inocencia de Reginald y otros cuentos" o "La música de la colina y otras historias". A diferencia de aquel, nunca encontrarás sus textos publicados y agrupados como originalmente lo dispuso. Ninguna antología, por lo demás, tiene todos los cuentos que uno quisiera tener y además la mayoría de ellos se repiten de tomo a tomo.

Ser fanático de Saki en el Perú es un problema que por supuesto se resuelve cuando alguien te regala sus obras completas. Encima en ingles. Sandra: gracias totales.

viernes, enero 21, 2005

una tras otra tras otra tras otra tras.... (ad infinitum)

Primero una tras otra se van juntando las horas y no pasa nada. Te aburres. Te desesperas. Y te sientes inútil. Luego, como si el universo se hubiera puesto de acuerdo una tras otra te caen las oportunidades. Y aceptas. Aprovechas. Pero entonces te cae una desgracia. Y otra. Y otra. Y así. Y cuando no te das cuenta todo está patas arriba. Pero felizmente a tiempo para enmendarlo. Le voy a tener que pedir prestado a Daniella su manual de malabarismo.

El animal urbano

Ahora que necesito mascota he estado considerando algunas opciones.

martes, enero 18, 2005

470 años (regalo de aniversario)

Hubiera sido chévere ver Lima cuando él la vió.

We don't play guitars (but we love them)

The emergency blanket, contrary to what you may have been told, was invented in 1654 by Hanz Eier Von Huhn. He was the first man to conceive, design and build an emergency blanket for the use it has today. His first attempt had some design problems, it turned out to be too big, it could only be used by giants or 100 people together plus it weighted 100 pounds. He tried to solve this problem without any luck for many years until he went crazy in 1655. While crazy and committed to an institution Hanz devoted his attention on making the perfect stew.

(por si queda alguna duda, extraído de aquí)

domingo, enero 16, 2005

Oficina de objetos perdidos (y de causas imposibles)

Me encanta cocinar. Pero hacer una cena para 10 mil personas la verdad que lo deja a uno exahusto. Estuvo muy bueno según he visto. La compañia resultó excelente y la charla muy amena. Comieron quienes quisieron e incluso alcanzó para repetir el plato. Y lo mejor de todo es que no hay quejas por la sazón. Hasta el momento, cuando menos, nadie se ha muerto.

En la mañana hice la limpieza. Si vieran todos los cachivaches que la gente deja olvidados. Fueron tantos que hice una lista y la publiqué en un foro de cosas perdidas. Así que la tarde completa me la he pasado atendiendo la puerta para devolver lo que no es mio. Me ha gustado tanto que he decidido abrir en la casa una oficina de objetos perdidos y también de causas imposibles.

La mayoría de la gente que vino llegó a través de google aunque también abundaron quienes vinieron vía mywebsearch, altavista, yahoo y algunos otros buscadores.

La lista que publiqué es muy chistosa y por eso la cuelgo aquí. He marcado con negritas las que me han parecido simpáticas. No les he puesto links a las cosas como la primera vez y al igual que en la segunda he tratado de no repetir ninguna. Pero uno se olvida y pierde la cuenta. Ni modo.

Dos aclaraciones. La primera es que ya no hay mas calatas ni desnudos de ningún tipo en esta humilde morada así que por favor no vengan a buscarlos. Toda la pornografía fue devuelta a sus respectivos dueños. La segunda es que aquí no vive el chavo. Tampoco vive en el baúl de la vecindad. Si pasó para buscarlo, toque la puerta en el ocho.

En fin, son ciento cincuenta. Y dice así:

historias sobre la mentira
historias insolitas
historias calientes
www.chicas calatas.con
bioritmos vitales

poemas de navidad con munecos interactivos
la bruja del 71
historias de dragones
manjar blanco poema
teatro la pelona peru

ramon valdez don ramon
velas introducidas en la vagina
historias calientes. com.
raul chato padilla, como jaimito el cartero
chapulin colorado muer

la chilindrina peluca
desprecio a marinetti
nalgadas
traje smokin
lo mejor de vico y su grupo caricia

chiquitas calatas
casa del chavo del 8
el amigo del chavo del ocho
historias de vida de niños de la calle
las historias de los grandes

cosas insolitas de un volcán
blogspot poema
problemas de cachetes grandes
adolescentes calatas
reparador televisor philip

libro sobre historias de amor de adolescentes
quiero conocerlo al diablo con chicas calatas
historias de la mano peluda
ramon valdez
tenia que ser el chavo del 8

papel colomural
jaimito el cartero
las historias de los grandes
celso pastor belaunde
historias sobre el infierno

testas grandes.com
el chavo del 8 sin fin
spanking infantil
cancion escrita del condon arjona 42
historias del diablo en chile

don ramon valdez
historias sobre ferrocarril
el chapulin colorado es el diablo
historias sobre
historias de meadas

historias sobre milagros
rorro para celebrar el nino dios
christopher rif
casa sullivan michael p. johnson
la vecindad del chavo

ramón valdez muerte
juego saco de papanoel
invitaciones con historias
joven muere x paro cardiaco al ver a ronald
en vivo calatas

sacando lengua
historias belaunde
pastor belaunde
el espantapajaros bandido
poema en navidad

gmail invitaciones maturin
sobre chespirito
imagenes de mario baracus
a que hora?. espiritu de la navidad. 21 de diciembre de 2004
como abrir una parrillada

historias sobre conducta
historias calientes sin imagenes
papel pinocho disfraces
historias cien cosas bonitas
poema en espanol de moore

espiritu navidad 21 diciembre 2004
a christmas carol de charles dickens navidad castellano
poema para una amiga en navidad
ah que quico
atanacio s. algas jr.

historias de traviesas
papanoel pantalones abajo
como vivir en polonia
historias del huevo
ramon valdez chespirito

popis del chavo del ocho
historias sobre la frustracion
chicas papanoel calatas
video de fantasmas
poesía infantil me duelen los ojos

www.chicas bangkok
historias bonitas cortas
coincidencia entre j f kennedy y abraham lincoln
paneton historia
video de fantasmas

ramon valdez fallecio
javier castro bernardini¨
vida de don ramon en el chavo
pequeñas cosas de la vida
el mar se me hace chiquito

jose miguel gonzalez otoya
perdonas de cuento de navidad de dickens
onophrius
carta a papa noel
hamster

hamster invernacion
papanoel haciendo cochinadas
purito vulgar
mosoi watapi sumaj kausay kachun
profesora calatas

invernacion de osos
quien es papanoel?
quien invento el paneton navideÑo
poemas de navidad para el abuelo
muerte de don ramon (chavo del ocho)

el chavo del ocho historia la muerte de don ramon
grandes acontecimientos del 2004
muñecas calatas en el poste
roberto gomez bolaños otro gato
afiches sobre navidad

tripas gargamelle
celso pastor danilo
galletas de la fortuna
historias de la cosas
chicas peruana de oficios

evangellio
historias del jinete sin cabeza
pensamientos y pequeÑas historias
disfraz, angelines fernandez
carlos villagran

el caso de celso pastor belaunde
historias cheveresmuerte de ramon gomez valdez
tipo de arboles con chicas calatas
movies26.enwhore.com
clases de buenos modales

afiches de el mago de oz frank baum
disfraz, angelines fernandez
poemas de fin de aÑo
chargoggagoggmanchauggagoggchau
deseos para año nue

costumbres de las fiestas de fin de año
historias crueles
historias meadas
personajes calatas
chicas calatas sacandose la ropa en la cama

dinorider
los niños son crueles
www.ikea. gr.
juicio entre el chavo y la chilindrina
zachariah wood actor

miércoles, enero 12, 2005

Dos motivos, dos cabezas y diez mil visitas

Contra mi falta de ganas y gracias a la paciencia de mis lectores, este blog cumple 10 mil visitas. Además Hope me ha hecho padre. Pueden pasar a ver al niño aquí: crece rápido pero todavía está en pañales. Así que hay doble motivo para celebrar (además parece que el niño es bicéfalo).

Estoy recontra contento. Esta vez para festejar no haremos una fiesta porque la primera me trajo problemas en el vecindario y la última terminó cambiando la geografía del mundo. Tampoco un recital de poesía, porque chiste repetido huele a podrido. Esta vez haremos un experimento.

En los comentarios hay un caldero enorme. La idea es que uno a uno y todas las veces que quieran, pasen por ahí y arrojen en él lo que les de la gana. Yo he puesto el esqueleto de un elefante y dos ciruelas para empezar. Luego pueden pasar a sentarse donde lo permita su imaginación y tener una charla agradable y amena. Ya veremos que cosa pasa al final. Eso nadie puede saberlo, para variar.

lunes, enero 10, 2005

¡Ocupado!

De pronto me ha salido una chamba que me encanta salvo porque me deja sin tiempo. Así que como primera consecuencia tengo que decidir entre bañarme o actualizar el blog en mis ratos libres. Nunca pensé que la higiene se opusiera de forma tan obstinada a estas cosas inútiles.

De ahora en adelante, en lugar de tres post al día, verán cada tres días un post. Ese día apestaré a mierda y mis sobacos serán un ecosistema. Qué importa. Me encanta estar ocupado.

viernes, enero 07, 2005

This is a magazine. It has words and pictures in it.

This is a free online magazine, you may read it online or download it to your machine. You may make personal copies, even distribute it through electronic mail as long as the original document remains unaltered and you do not do so for profit or for any reason other than personal use.

Extraido de aquí.

Sobre piratería (conclusión)

En este blog no hay derecho: el que escribe es zurdo.

jueves, enero 06, 2005

En la peluquería o por qué no me he cortado aún el pelo

A veces siento que estoy jugando al espejo. ¿Y tú?

lo mor ostobo sorono, sorono ostobo lo mor (última adquisición)

good morning vietnam, again.

En mi familia queremos deshacernos de pequeños pensamientos. Por eso todas las puertas de la casa están abiertas. Lo único malo es que ahora la tristeza se pasea a sus anchas. Llega a las nueve, se pone mis pantuflas y se queda todo el día despanzurrada con los pies en alto frente a la televisión. Tengo miedo de decirle que se vaya. Es una mujer atractiva y suceptible que no entiende las palabras, quizá porque está relacionada de alguna forma a estos pequeños pensamientos. Ya habrá tiempo para eso más tarde. Supongo.

miércoles, enero 05, 2005

Desde hoy no tengo perro que me ladre. Adios Dino.

gameboyzz o.rchestra proyect

martes, enero 04, 2005

No se por qué pero este viejo me cae muy bien

Antoine Gallimard, presidente de Ediciones Gallimard:

“Hoy Marcel Proust no encontraría editor”

Por Lluís Amiguet / La Vanguardia

Tengo 55 años y gran experiencia en el error. Nací en París: en sus jardines secretos encuentro mis mejores placeres. Tuve esposa y barco: los dos días más felices de mi vida fueron el día de comprarlo y el día de revenderlo. Me divorcié. Tengo cuatro hijas. Soy cristiano no creyente. El último contrato que negocié con el escritor Daniel Pennac nos lo acabamos jugando a los chinos...

–¿A ver quién pagaba las copas?
–¡No! Le hablo de los porcentajes del contrato. Lo más importante. Nos los jugamos. Somos amigos y como nuestros representantes empezaban a enfadarse, decidimos vernos. Nos aburrimos discutiendo detalles hasta que al final cada uno puso en un papel lo que quería. Y lo echamos a suertes: el que ganó impuso sus condiciones.

–¿Quién ganó?
–...

–¿Y le parece serio?
–La vida es un juego o una condena. Yo jamás he sabido vivir sin la libertad del juego y editar libros es mi jugada favorita. Tiene que ser absolutamente libre y azarosa.

–Si le oyera su abuelo, el editor de Proust.
–Sonreiría, porque mi abuelo fundó esta editorial por puro azar y yo me hice cargo de ella por otra jugada del destino.

–¿No le tocaba en herencia?
–No. Yo era el tercero en el derecho a heredar y además tenía una bien ganada fama de aventurero poco serio y enemigo de cualquier formalidad.

–¿No le atraía el negocio editorial?
–Me gustan los libros, pero no los libros contables y sus aburridos, grises y estériles guardianes. Para mí, un negocio es mucho más que su balance de cuentas. Está vivo. Si no es un instrumento de creación con el que ilusionar a cientos de personas, ¿para qué mantenerlo? ¿Para esclavizar a trabajadores y escritores? Yo de joven me fui a dar la vuelta a América en autostop, que era algo mucho más próximo a editar libros que hacer cursos de marketing.

–Pues creo que no le ha ido mal.
–Estoy a punto de recomprar la parte de la editorial familiar que aún está en manos de bancos y multinacionales: el proceso inverso al habitual, en el que la empresa familiar se vende al mejor postor. Y me preocupa que se hayan vendido así editoriales como Flammarion o Le Seuile.

–¿Por qué entró en la editorial?
–La verdad es que yo no trabajé en serio hasta los 35 años y lo hice por amor a mi abuelo y porque todos los seres humanos, ricos o pobres, tenemos una obligación moral de hacer algo por los demás. Si la ignoramos, nos sentimos incompletos.

–¿Vivir no es suficiente?
–Vivir no es necesario, navegar sí, por eso tuve un barco y navegué hasta Venezuela y si ahora alguien, por ejemplo yo, no edita con amor, me temo que pronto nos quedaríamos sin algo interesante que leer, porque mientras las decisiones sobre qué se publica y qué no las tomen los expertos en marketing, los libros no serán mejor lectura que las etiquetas de los botes de tomate.

–Vivir no es necesario, navegar sí y un buen libro es el mejor barco... ¿Y editar?
–Editar es imprescindible mientras existan escritores además de técnicos de ventas. El editor es el entrenador emocional del escritor: está a su lado cuando el autor cree estar solo. Es su amigo en la travesía de la soledad antes de la creación. Cree en él antes que nadie y cree en su obra antes que el propio autor: apuesta por él y gana o pierde con él.

–Bonito, pero si no hay beneficios, usted tiene que cerrar.
–Yo no he dicho que no me interesen los beneficios. Todo lo contrario. Si no hay beneficios, no hay libros. Lo que estoy diciendo es que si de un escritor no te interesa lo que escribe sino sólo lo que vende, pues dedícate a las latas de tomate: venden más.

–Seguro que usted se mira los números.
–Sí, pero no sólo los del dinero, sino los del alma. Mi abuelo ya decía que además del balance de los dineros, está el de las cosas bien hechas. Tal vez no ganaba una fortuna con algunos libros, pero se sentía pagado con la satisfacción de hacerlos. Además del balance contable, está el literario, estético y humano. Y hay muchas personas que saben leerlo.

–Cíteme alguna.
–Muriel Toso era una de las grandes accionistas de la editorial. Ella creyó en mí pese a que Murdoch y otro multimillonario, Bouygues, le enviaban ramos de flores con ofertas muy tentadoras para que les vendiera a ellos su parte. Muriel sabe que en el juego de la vida se apuesta algo más que dinero.

–¿De qué se enorgullece?
–Hemos plantado en el balcón del edificio editorial unas rosas preciosas.

–¿Eso es todo?
–Para divertirte con lo que haces, la primera norma es no tomarte demasiado en serio a ti mismo ni tus grandes ideas, pero tienes que tomarte muy en serio las pequeñas cosas que sí puedes hacer para mejorar tu entorno.

–También puedes hacer cosas grandes.
–Nadie puede cambiar el mundo ni salvar a la humanidad, pero todos podemos plantar unas rosas en un balcón donde alegren a cualquiera que pase por allí. Las rosas son importantes, porque nos gustan a todos en la editorial y nos alegran la vista cada día.

–¿Envidia la relación entre su abuelo y Proust?
–A Proust le envidio su capacidad de escribir, que es revelar las realidades escondidas bajo las verdades adquiridas, y a mi abuelo le admiro por su entrega a sus tres pasiones: los libros, las mujeres y los baños de mar.

–¿Usted no las comparte?
–Yo las he heredado las tres, pero me temo que no podré realizarlas de forma tan brillante como él.

–Algún vicio original tendrá usted.
–Los jardines secretos de París y de la vida. Por sí solos la justifican.

Extraído de Periodista Digital (4 de julio 2004)

lunes, enero 03, 2005

Otro

Quisiera ser Michael Paulus. Aunque sea por dentro.

Lugares comunes (pero no los de siempre)

What Movies Have Taught Us

1) All bombs are fitted with electronic timing devices, which have large red read-outs to tell you exactly when it will go off.

2) Should you need to pass yourself off as a German officer it will not be necessary to speak the language, a convincing accent will do.

3) All apartments in Paris overlook the Eiffel tower.

4) Most lap top computers are powerful enough to override a bank security system or the communication system of an invading alien civilization.

5) Every single person in martial arts Film has a black belt in karate.

6) When staying in a haunted house, women should investigate any strange noises in their most revealing underwear.

7) 1 man shooting at 20 men has more chance of hitting them than 20 men shooting at 1 man if he is the hero.

8) During a police investigation it will be necessary to visit a strip joint at least once.

9) Large studio-type apartments in big cities are affordable by single people with a low wage.

10) The entire British population lives in London.

11) It doesn't matter if you are heavily outnumbered in a martial arts fight; your enemies will attack you one at a time while the others dance around you menacingly.

12) In musicals everyone you meet in the street will know all the words to the songs and the steps to the dances.

13) When captured by an evil international terrorist, guns are not necessary to defeat them, sarcasm and wisecracks are your best weapons.

Extraído de Arcamax.

Los poetas muertos

(gracias a un gentil auspicio de Hope)

domingo, enero 02, 2005

Una para empezar el año (lea hasta el final y presione "pause")

El caso de la señorita Amelia

Que el doctor Z es ilustre, elocuente, conquistador; que su voz es profunda y vibrante al mismo tiempo, y su gesto avasallador y misterioso, sobre todo después de la publicación de su obra sobre La plástica de ensueño, quizás podríais negármelo o aceptármelo con restricción; pero que su calva es única, insigne, hermosa, solemne, lírica si gustáis, ¡oh, eso nunca, estoy seguro! ¿Cómo negaríais la luz del sol, el aroma de las rosas y las propiedades narcóticas de ciertos versos? Pues bien; esta noche pasada poco después de que saludamos el toque de las doce con una salva de doce taponazos del más legítimo Roederer, en el precioso comedor rococó de ese sibarita de judío que se llama Lowensteinger, la calva del doctor alzaba aureolada de orgullo, su bruñido orbe de marfil, sobre el cual, por un capricho de la luz, se veían sobre el cristal de un espejo las llamas de dos bujías que formaban, no sé cómo, algo así como los cuernos luminosos de Moisés. El doctor enderezaba hacia mí sus grandes gestos y sus sabias palabras. Yo había soltado de mis labios, casi siempre silenciosos, una frase banal cualquiera. Por ejemplo, ésta:

—¡Oh, si el tiempo pudiera detenerse!

La mirada que el doctor me dirigió y la clase de sonrisa que decoró su boca después de oír mi exclamación, confieso que hubiera turbado a cualquiera.

—Caballero— me dijo saboreando el champaña—; si yo no estuviese completamente desilusionado de la juventud; si no supiese que todos los que hoy empezáis a vivir estáis ya muertos, es decir, muertos del alma, sin fe, sino entusiasmo, sin ideales, canosos por dentro; que no sois si no máscaras de vida, nada más... sí, si no supiese eso, si viese en vos algo más que un hombre de fin de siglo, os diría que esa frase que acabáis de pronunciar: «¡Oh, si el tiempo pudiera detenerse!», tiene en mi la respuesta más satisfactoria.

—¡Doctor!

—Sí, os repito que vuestro escepticismo me impide hablar, como hubiera hecho en otra ocasión.

—Creo— contesté con voz firme y serena—en Dios y su Iglesia. Creo en los milagros. Creo en lo sobrenatural.

—En ese caso, voy a contaros algo que os hará sonreír. Mi narración espero que os hará pensar.

En el comedor habíamos quedado cuatro convidados, a más de Minna, la hija del dueño de casa; el periodista Riquet, el abate Pureau, recién enviado por Hirch, el doctor y yo. A lo lejos oíamos en la alegría de los salones de palabrería usual de la hora primera del año nuevo: Happy new year! Happy new year! ¡Feliz año nuevo!

El doctor continuó:

—¿Quién es el sabio que se atreve a decir esto es así? Nada se sabe. Ignoramus et ignorabimus. ¿Quién conoce a punto fijo la noción del tiempo? ¿Quién sabe con seguridad lo que es el espacio? Va la ciencia a tanteo, caminando como una ciega, y juzga a veces que ha vencido cuando logra advertir un vago reflejo de la luz verdadera. Nadie ha podido desprender de su círculo uniforme la culebra simbólica. Desde el tres veces más grande, el Hermes, hasta nuestros días, la mano humana ha podido apenas alzar una línea del manto que cubre a la eterna Isis. Nada ha logrado saberse con absoluta seguridad en las tres grandes expresiones de la Naturaleza: hechos, leyes, principios. Yo que he intentado profundizar en el inmenso campo del misterio, he perdido casi todas mis ilusiones.

Yo que he sido llamado sabio en Academias ilustres y libros voluminosos; yo que he consagrado toda mi vida al estudio de la humanidad, sus orígenes y sus fines; yo que he penetrado en la cábala, en el ocultismo y en la teosofía, que he pasado del plano material del sabio al plano astral del mágico y al plano espiritual del mago, que sé cómo obraba Apolonio el Thianense y Paracelso, y que he ayudado en su laboratorio en nuestros días, al inglés Crookes; yo que ahondé en el Karma búdhico y en el misticismo cristiano, y sé al mismo tiempo la ciencia desconocida de los fakires y la teología de los sacerdotes romanos, yo os digo que no hemos visto los sabios ni un solo rayo de la luz suprema, y que la inmensidad y la eternidad del misterio forman la única y pavorosa verdad.

Y dirigiéndose a mi:

—¿Sabéis cuáles son los principios del hombre? Grupa, jiba, linga, shakira, kama, rupa, manas, buddhi, atma, es decir: el cuerpo, la fuerza vital, el cuerpo astral, el alma animal, el alma humana, la fuerza espiritual y la esencia espiritual...

Viendo a Minna poner una cara un tanto desolada, me atreví a interrumpir al doctor:

—Me parece ibais a demostrarnos que el tiempo...

—Y bien —dijo—, puesto que no os complacen las disertaciones por prólogo, vamos al cuento que debo contaros, y es el siguiente:

Hace veintitrés años, conocí en Buenos Aires a la familia Revall, cuyo fundador, un excelente caballero francés, ejerció un cargo consular en tiempo de Rosas. Nuestras casas eran vecinas, era yo joven y entusiasta, y las tres señoritas Revall hubieran podido hacer competencia a las tres Gracias. De más está decir que muy pocas chispas fueron necesarias para encender una hoguera de amor...

Amooor, pronunciaba el sabio obeso, con el pulgar de la diestra metido en la bolsa del chaleco, y tamborileando sobre su potente abdomen con los dedos ágiles y regordetes, y continuó:

—Puedo confesar francamente que no tenia predilección por ninguna, y que Luz, Josefina y Amelia ocupaban en mi corazón el mismo lugar. El mismo, tal vez no; pues los dulces al par que ardientes ojos de Amelia, su alegre y roja risa, su picardía infantil... diré que era ella mi preferida. Era la menor; tenia doce años apenas, y yo ya había pasado de los treinta. Por tal motivo, y por ser la chicuela de carácter travieso y jovial, tratábala yo como niña que era, y entre las otras dos repartía mis miradas incendiarias, mis suspiros, mis apretones de manos y hasta mis serias promesas de matrimonio, en una, os lo confieso, atroz y culpable bigamia de pasión.

¡Pero la chiquilla Amelia!... Sucedía que, cuando yo llegaba a la casa, era ella quien primero corría a recibirme, llena de sonrisas y zalamerías: «¿Y mis bombones?». He aquí la pregunta sacramental. Yo me sentaba regocijado, después de mis correctos saludos, y colmaba las manos de la niña de ricos caramelos de rosas y de deliciosas grajeas de chocolate, las cuales, ella, a plena boca, saboreaba con una sonora música palatinal, lingual y dental. El porqué de mi apego a aquella muchachita de vestido a media pierna y de ojos lindos, no os lo podré explicar; pero es el caso que, cuando por causa de mis estudios tuve que dejar Buenos Aires, fingí alguna emoción al despedirme de Luz que me miraba con anchos ojos doloridos y sentimentales; di un falso apretón de manos a Josefina, que tenía entre los dientes, por no llorar, un pañuelo de batista, y en la frente de Amelia incrusté un beso, el más puro y el más encendido, el más casto y el más puro y el más encendido, el más casto y el más ardiente ¡qué sé yo! de todos los que he dado en mi vida. Y salí en barco para Calcuta, ni más ni menos que como vuestro querido y admirado general Mansilla cuando fue a Oriente, lleno de juventud y de sonoras y flamantes esterlinas de oro. Iba yo, sediento ya de las ciencias ocultas, a estudiar entre los mahatmas de la India lo que la pobre ciencia occidental no puede enseñarnos todavía. La amistad epistolar que mantenía con madame Blavatsky, habíame abierto ancho campo en el país de los fakires, y más de un gurú, que conocía mi sed de saber, se encontraba dispuesto a conducirme por buen camino a la fuente sagrada de la verdad, y si es cierto que mis labios creyeron saciarse en sus frescas aguas diamantinas, mi sed no se pudo aplacar. Busqué, busqué con tesón lo que mis ojos ansiaban contemplar, el Keherpas de Zoroastro, el Kalep persa, el Kovei-Khan de la filosofía india, el archoeno de Paracelso, el limbuz de Swedenborg; oí la palabra de los monjes budhistas en medio de las florestas del Thibet; estudié los diez sephiroth de la Kabala, desde el que simboliza el espacio sin límites hasta el que, llamado Malkuth, encierra el principio de la vida. Estudié el espíritu, el aire, el agua, el fuego, la altura, la profundidad, el Oriente, el Occidente, el Norte y el Mediodía; y llegué casi a comprender y aun a conocer íntimamente a Satán, Lucifer, Astharot, Beelzebutt, Asmodeo, Belphegor, Mabema, Lilith, Adrameleh y Baal. En mis ansias de comprensión; en mi insaciable deseo de sabiduría; cuando juzgaba haber llegado al logro de mis ambiciones, encontraba los signos de mi debilidad y las manifestaciones de mi pobreza, y estas ideas, Dios, el espacio, el tiempo formaban la más impenetrable bruma delante de mis pupilas... Viajé por Asia, África, Europa y América. Ayudé al coronel Olcott a fundar la rama teosófica de Nueva York. Y a todo esto recalcó de súbito al doctor, mirando fijamente a la rubia Minna— ¿sabéis lo que es la ciencia y la inmortalidad de todo? ¡Un par de ojos azules... o negros!

—¿Y el fin del cuento? — gimió dulcemente la señorita.

—Juro, señores, que lo que estoy refiriendo es de un absoluta verdad. ¿El fin del cuento? Hace apenas una semana he vuelto a la Argentina, después de veintitrés años de ausencia. He vuelto gordo bastante gordo, y calvo como una rodilla; pero en mi corazón he mantenido ardiente el fuego del amor, la vestal de los solterones. Y, por tanto, lo primero que hice fue indagar el paradero de la familia Revall. «¡Las Revall —dijeron—, las del caso de Amelia Revall», y estas palabras acompañadas con una especial sonrisa. Llegué a sospechar que la pobre Amelia, la pobre chiquilla... Y buscando, buscando, di con la casa. Al entrar, fui recibido por un criado negro y viejo, que llevó mi tarjeta, y me hizo pasar a una sala donde todo tenia un vago tinte de tristeza. En las paredes, los espejos estaban cubiertos con velos de luto, y dos grandes retratos, en los cuales reconocía a las dos hermanas mayores, se miraban melancólicos y oscuros sobre el piano. A pocos Luz y Josefina:

—¡Oh amigo mío? oh amigo mío!

Nada más. Luego, una conversación llena de reticencias y de timideces, de palabras entrecortadas y de sonrisas de inteligencia tristes, muy tristes. Por todo lo que logré entender, vine a quedar en que ambas no se habían casado. En cuanto a Amelia, no me atreví a preguntar nada... Quizá mi pregunta llegaría a aquellos pobres seres, como una amarga ironía, a recordar tal vez una irremediable desgracia y una deshonra... en esto vi llegar saltando a una niña, cuyo cuerpo y rostro eran iguales en todo a los de mi pobre Amelia. Se dirigió a mi, y con su misma voz exclamó:

—¿Y mis bombones?

Yo no hallé qué decir.

Las dos hermanas se miraban pálidas, pálidas y movían la cabeza desoladamente...

Mascullando una despedida y haciendo una zurda genuflexión, salí a la calle, como perseguido por algún soplo extraño. Luego lo he sabido todo. La niña que yo creía fruto de un amor culpable es Amelia, la misma que yo dejé hace veintitrés años, la cual se ha quedado en la infancia, ha contenido su carrera vital. Se ha detenido para ella el reloj del Tiempo, en una hora señalada ¡quién sabe con qué designio del desconocido Dios!

El doctor Z era en este momento todo calvo...

Rubén Darío
(texto publicado por primera vez en el diario La Nación de Buenos Aires, en 1894)

No me parece